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lunes, 5 de agosto de 2013

LA MEMORIA EMBLEMÁTICA DE LA INSURGENCIA APRISTA EN AYACUCHO DE 1934.

ANTECEDENTES DE LA INSURGENCIA APRISTA EN AYACUCHO

El régimen de Sánchez Cerro hizo aprobar la ley de emergencia y seguridad interior para clausurar los locales y la prensa aprista desde principios del año de 1932. A partir del mes de  Marzo de 1933 se pisoteó la soberanía popular cuando se publicó la: “Ley Nº 7717 donde el Presidente de la República y el Congreso Constituyente dieron la siguiente Ley: Artículo Primero: Declárese vacante los siguientes representantes: por Ayacucho ejercida por don Arístides Guillén Valdivia (…)”[1]. Según Cotler (1992)  esta confrontación colmó cuando “el día 30 de Abril Sánchez Cerro fue asesinado, en efecto, la Asamblea Constitucional le otorgó el mando al Gral. Benavides, quien impidió el vacío político que pudieron aprovechar los apristas”[2]. Sin embargo, Benavides se encontró con un panorama político complicado, puesto que en el ámbito internacional el país enfrentaba un conflicto con Colombia por los problemas limítrofes; en el plano interno, el país por la crisis económica existía un descontento popular –liderados por el Apra- sin embargo, Benavides intentó una tregua política con los Apristas, para lo cual se estableció un gobierno de paz y concordia, Haya de la Torre fue amnistiado, y restableció las libertades públicas, no obstante que, esta acción tuvo oposición del sector oligárquico –a la que él perteneció-. La Unión Revolucionaria y el diario Comercio pasaron a ser oposición, acusando al gobierno de lenidad y complicidad  con el Apra, que desde el punto de vista de Cotler “esta situación pudo llevar a la desintegración de la clase dominante  y del Ejército. Ante esta situación el Presidente optó por postergar  indefinidamente la realización de sus compromisos respecto al restablecimiento de sus libertades públicas y la convocatoria de las nuevas elecciones”[3]. La tregua política sólo duró menos de un año, de tal forma que reiniciaron las pugnas entre el gobierno y el Apra. Las persecuciones comenzaron y los apristas llamaron a una insurgencia popular que fueron una de las tantas modalidades de la lucha política, donde pretendieron no sólo tomar el poder, sino que también transformar las condiciones sociales del país. En esas circunstancias el líder aprista en Ayacucho Dr. Arístides Guillén Valdivia en un diario local, reaccionó a estos acontecimientos y que manifestó lo siguiente:
“La verdad es que la mirada la situación interna de la nación desde un plano principista, vivimos en el más completo desorden dentro de una apariencia y tranquila. En la práctica, el gobierno ha visto en el aprismo el mayor obstáculo para su realización de sus planes de acción exclusiva en su provecho personal o de grupo con menosprecio de los sagrados intereses del pueblo. La consiga de gobierno es anular por todo los medios  y por todas las artes la determinante acción del pueblo en la lucha electoral que debiera realizarse (…) Pero el aprismo vive alerta, sabemos controlar la actitud oficial, cualquiera que sea la táctica”[4].
Fue entonces Guillén Valdivia, consciente del Apra como el primer partido de masas, el primer partido institucional, en la historia del país, que en muy poco tiempo había logrado asentarse como la oposición más importante de la política peruana, y, en Ayacucho en este periodo los militantes apristas estuvieron acosados, inclusive sancionados económicamente por defender los ideales de Haya de la Torre, como se muestra en el siguiente documento: “Que impuso una multa de cien soles de oro a don Fausto Carrera, por la falta punible que cometió al hacer la propaganda sediciosa del Apra, y que la multa coactiva fue destinada a las obras públicas (…)”[5]. De la misma forma el comisario del cuerpo de seguridad reportó al Prefecto departamental que: “Salvador Ivazeta junto con José Velarde Orcasitas y Guillermo Artemio Arriarán en estado ebriedad dio vivas al Apra, en voz baja, sin que los demás que se encontraba  a sus lado hayan secundado (…)  se le impuso al expresado Ivazeta  con el respectivo arresto (…)”[6]. Otro informe policial esta vez  del Teniente comisario al Prefecto, en el cual comunicó  que: “por disposición del Subprefecto lo tenía detenido a don Jerónimo Gamarra Galindo por haber vivado al Apra”[7].  Es necesario destacar, asimismo, que los apristas en aquellos años estuvieron vigilados y vulnerados hasta sus correspondencias, prueba de esa acción se muestra, uno de los informes del Subprefecto de Parinacochas al Prefecto departamental donde: “remitió  una serie de boletines de propagandas apristas  que fueron incautados en el correo (…) enviados a los elementos apristas como son Eduardo Bustamante, Celestino Mendoza Enrique Lama entre otros”[8]. Por estas cuestiones los ánimos de los apristas estuvieron encendidos para un posterior insurgencia y que en la revolución demostraron que el aprismo era un movimiento esencialmente comprometido con la defensa de las plenas libertades.
En la misma época llegó de la capital un emisario que trajo un mensaje del jefe para los aprista de Ayacucho. Aquel emisario fue Raúl Cáceres miembro del Comité Ejecutivo Nacional del partido aprista y fue también uno de los 23 representantes despojados de su puesto de parlamentarios  por la tiranía de los 16 meses. Aquí el mensaje según el detalle:
“Compañeros apristas del departamento de Ayacucho a Ustedes mi fraterno saludo aprista. Los aprista de todo el Perú hemos demostrado que no nos vendemos ante la amenaza y el ensañamiento y especialmente en Lima, donde la campaña civilista contra nosotros ha culminado y suplimos resistir con entereza y mantenernos hasta hoy la fuerza de nuestra organización y a la de nuestro destino”[9]
Las sublevaciones fueron planificados para realizar a nivel nacional, tal vez se apresuraron con la promulgación de la Ley No 7918 del día 08 de  Noviembre de 1934 en la que el gobierno nacional aplazaba  las elecciones de Senadores y Representantes, cuyo tenor mostramos aquí:
“El Presidente de la República.-por cuanto: el Congreso Constituyente ha dado la ley siguiente. Artículo 1º  Aplazase la elección de Senadores y Representantes que deben realizarse el  11 de Noviembre del Presente año. Artículo 2º.- el Poder Ejecutivo designará la fecha de las elecciones de Senadores y Representantes una vez que se haga depurado el registro Electoral Nacional. Y se encuentren debidamente constituidos todos los organismos electorales. Artículo 3º.-En el caso de que se declare nula  la elección que favorece a un candidato, el Poder Ejecutivo convocará inmediatamente a elección parcial para reemplazar al inhabilitado: Comuníquese al Poder Ejecutivo para su promulgación: casa de Congreso en Lima a los siete días del mes de Noviembre de mil novecientos treinta cuatro. Clemente Revilla. Presidente del Congreso. M. Wenceslao Delgado. Secretario del Congreso.
Por tanto: mando se publique y cumpla  dado en la casa de gobierno en Lima a los ocho días del mes de Noviembre de 1934: O. R. Benavides A. Henriod”[10].

El día 24 del mismo mes el partido aprista fue declarado ilegal. Entonces los ánimos de los seguidores de  Víctor Raúl se exacerbaron aún más. Que según Villanueva (1976) las sublevaciones de a nivel nacional estuvo organizado de la siguiente manera: “Julio Cárdenas, fue nombrado coordinador del PAP para la insurgencia en la zona central, Manuel Arévalo y Leopoldo Pita  fueron para la zona norte, Hernán Boggie para Lima y Rómulo Meneses para el Sur; como jefes locales se nombró a Arístides Guillén para Ayacucho, Cirilo Cornejo para Huancavelica, Noe Ordóñez para Cuzco, León Gamboa para Huancayo; entre los oficiales comprometidos para la región  del Centro habrían estado el Comandante Beytia en Ayacucho, el Comandante Clodomiro Rosas en Huancayo, Mayor Larco en Huanuco y Capitán Bedoya en Huanta”[11]. En efecto la insurrección al ser descubierta en la capital, por mandato de “Haya de la Torre se ordenó a Pedro Muñiz dar la contra orden en todo los lugares, donde iba a producirse la revolución, sin embargo ésta contra orden llegó oportunamente a otros lugares pero tardíamente a Ayacucho y Huancavelica”[12].



[1] ARA Prefectura. Oficios Recibidos: Dirección de Gobierno. Leg. 96 año 1933.
[2]  Cotler, Julio “Clases, Estado y Nación en el Perú” IEP sexta edic., p. 247. 1992
[3] Ibídem., p. 248.1992
[4] Semanario regional Crisol, 21-07-1934,  p. 2
[5] ARA Prefectura. Oficios Recibidos de la Subprefectura de Ayacucho. Leg. 08 año 1932.
[6] Ibidem.
[7] ARA Prefectura. Oficios Remitidos Instituciones Armadas. Leg. 101 año 1932.
[8] ARA Prefectura Oficios Recibidos de la Subprefectura de Parinacochas. Leg. 33 año 1932.
[9] Semanario Regional Crisol, 21-07-1934 p, 3
[10] ARA. Prefectura. Dirección de Gobierno. Leg. 96 año 1934.
[11] Villanueva, Víctor “El Apra en busca del poder”, p. 116. 1975
[12] Ibídem, p. 169.

domingo, 4 de agosto de 2013

FUNDACIÓN DEL PARTIDO APRISTA PERUANO

FUNDACIÓN DEL PARTIDO APRISTA PERUANO


Durante la vida republicana en nuestra política del siglo XX en el tercer decenio ocurrió un hecho histórico, “en la noche de 20 de Setiembre de 1930, un grupo de trabajadores manuales e intelectuales, reunidos en un taller de ebanistería, en el barrio de la Victoria, Lima aprobaron y suscribieron el Acta de Inauguración de la Sección de APRA en la ciudad de Lima”[1]

El Partido Aprista Peruano surgió en un crucial periodo de nuestra historia republicana, en cuanto a los partidos políticos tradicionales no lograron sobrevivir la prolongada autocracia del Oncenio. Tal es así que el Partido Civil o civilista feneció de forma oficial cuando los representantes más notables como: los doctores Matías Manzanilla y Manuel Vicente Villarán expresaron al corresponsal de La Nación” de Buenos Aires que el Partido Civil había dejado de existir; en tanto el partido de don Nicolás de Piérola “El Partido Demócrata” casualmente había desaparecido después de la muerte del Califa[2]. Aunque algunos años más muy esporádicamente tuvo la vigencia en la formación de coaliciones en épocas electorales. La misma suerte corrió con el Partido Demócrata Reformista de Leguía, que con la muerte del dictador desapareció en 1930.   

La significativa contribución del naciente Partido Aprista Peruano como partido político en el Perú fue: “en la gran inquietud que despertó en los jóvenes, principalmente entre los estudiantes y trabajadores, alcanzando organizar una fuerza auténticamente popular a través de la cual movilizaron a los sectores mayoritarios que hasta entonces había permanecido al margen del acontecer político del país”[3]. De manera que se podría decir que el Partido Aprista Peruano había conseguido colocar al pueblo en la categoría de protagonista de su propio destino, esto fue a base de una intensa disertación ideológica de sus líderes y un esfuerzo tenaz de movilizaciones políticas como también la organización partidaria y acciones en defensa de los sectores más explotados.

El otro punto que quiero resaltar aquí es que antes de suscribir el Acta de Inauguración de la Sección de Apra en Lima,  existían ya constituidos varios secciones apristas en otros países. Tal fue el caso de la célula aprista de Paris (Francia) que funcionó desde el año de  1927, las secciones del Apra en Costa Rica, México, Santo Domingo, Bolivia, en Argentina existió  dos células activas uno en Buenos Aires con Juan de Dios Merel Dulanto y en la Plata con Luis E. Heysen, sin embargo faltaba en el país donde nació Haya de la Torre.

Cuando se vislumbraba la caída de Leguía en aquella época, “los apristas multiplicaron sus actividades especialmente en las Secciones Apristas de México y Buenos Aires, para lo cual  designaron a Luis E. Heysen y Luis Eduardo Enríquez por orden de  Haya de la Torre”[4] para que organice los preparativos de la creación del Sección Aprista en el Perú. Entonces, Enríquez retornó al país por vía Cuzco en el mes de Abril de 1930, pero cayó en poder de la policía y fue apresado, con la caída de Leguía el 22 de Agosto de 1930, el nuevo gobierno dio amnistía política y así salieron muchos apristas entre ellos, Luis Eduardo Enríquez.

Justamente los miembros del nuevo Partido Aprista Peruano: “se reunieron consecuentemente los meses anteriores en la misma vivienda donde se suscribió el Acta, la residencia perteneció a Carlos Muñoz ubicado en la calle “El Milagro” de la ciudad de Lima”[5]. Conforme se puede verificar en los diversos textos publicados,  el Acta de Inauguración de la Sección del Apra en Lima”[6] en donde se constituyó un Comité Ejecutivo fue encargado la Secretaría General al odontólogo de origen cuzqueño Luis Eduardo Enríquez; la comisión de economía a Alfredo Gamboa, además las comisiones de propaganda y disciplina, y también aprobaron la publicación de un semanario titulado “Apra” como  vocero oficial. “En aquella reunión participaron líderes apristas como Alcides Spelucín, Magda Portal, Serafín del Mar –seudónimo del escritor huancaíno Reynaldo Bolaños-, Francisco Galarreta, Arturo Bravo Pinto, Emilio D. Puente entre otros”[7].


Sin embargo, desde la creación de este nuevo partido político, los apristas fueron perseguidos y encarcelados. Hoy el Apra es uno de los partidos políticos más longevos de nuestro país. A la fecha cuenta con más de ocho decenios de vida política ininterrumpida. No obstante que dentro de este periodo tuvo épocas de virajes, retrocesos y triunfos, de modo que los apristas rememoran las épocas de persecuciones políticas también los encarcelamientos en los gobiernos dictatoriales de Sánchez Cerro, Benavides y  Odría. Estas épocas incluso: “fueron declarados como ilegal y proscrito”[8]. A estas pesadumbres de los apristas, Basadre refirió al respecto: 

“Poco después de establecerse el nuevo partido fue perseguido como eran las organizaciones de la extrema izquierda. La persecución  alcanzó a los principales dirigentes del Apra (...) Seoane fue desterrado a Buenos Aires junto a Luis Heysen, acusados ambos de actividades conspirativas al gobierno peruano (...)”[9].

En 1932 las persecuciones continuaron con mayor tenacidad por el gobierno de Sánchez Cerro[10], veintitrés representantes apristas ante la Asamblea Constituyente fueron desaforados, perseguidos y posteriormente desterrados. El día 7 de Julio del mismo año amaneció entre balas y movimientos callejeros. Se había iniciado un proceso de revolución en Trujillo liderado por un  militante aprista de nombre Manuel Barreto a quien la gente, por su contextura robusta lo llamó como “el Búfalo”.   Este fue un líder obrero aprista nacido en Callao al parecer los apristas le deben su seudónimo a este hombre.

Los revolucionarios llegaron a tomar la ciudad, y fue: “nombrado el Prefecto del pueblo Agustín Haya de la Torre, hermano del fundador del Apra”[11].  La respuesta del gobierno de turno fue muy aplastante y  dramática, en efecto, “miles de aprista fueron perseguidos, torturados y fusilados en Trujillo.  Aun  así, el proceso revolucionario que se había iniciado en Trujillo”[12]. Posteriormente fue secundado pronto por movilizaciones populares en diferentes puntos del país: Cajamarca,  Huaraz, Huancavelica posteriormente en Ayacucho.

El día 30 de Abril de 1933 fue asesinado Sánchez Cerro[13]. Lo sucedió en el poder el General Benavides, reiniciando una nueva y dura etapa de persecución de los apristas. La represión continuó y los presos políticos del Real Felipe, realizaron huelga de hambre para entonces, el proceso contra Haya de la Torre cobró un giro inesperado. “En el mes de mayo del mismo año, los empleados del juzgado se constituyeron a la cárcel con el objetivo de realizar la declaración instructiva de Haya de la Torre”[14]. Según Murillo (1976), el líder aprista se negó cooperar y declarar dicha instructiva, sin embargo, por consecuencias de un criminal atentado en su celda, Haya de la Torre fue liberada. En el mes de Agosto de 1933 se dictaron algunas medidas a favor de los perseguidos políticos,  entre ellas,  la ley 7782  para los presos políticos, la autorización de las libertades públicas  y el corte a todos los juicios de excepción  de las acciones protagonizadas por la corte marcial que se refería fundamentalmente a los expatriados. En el mes de Octubre se reabrieron los locales del partido y, pese a la oposición de los remanentes sanchecerristas, el diario de circulación nacional La Tribuna volvió a circular.  Se inauguraron 20 locales de la universidad popular “González Prada”. También se inauguraron los primeros comedores populares del pueblo. Volvían los desterrados quienes impulsaron la reorganización  de la maquinaria del partido. Y en el mes de noviembre en la Plaza de Toros de Acho[15] nuevamente se reunió el pueblo para escuchar las propuestas del fundador del Apra.

Todo parecía que andaba bien, hasta que Riva Agüero fue nombrado presidente del gabinete del General Benavides en 1934, inmediatamente reinició una nueva y dura etapa de persecución al partido aprista peruano. Sin embargo los apristas reclamaron elecciones limpias al Gral. Benavides, igualmente la reincorporación de los parlamentarios destituidos, y también exigieron la derogatoria de la Ley de Emergencia que estuvo  vigente.  El descontento de la población creció cada vez más por los rumores sobre  una probable postergación de las elecciones. En efecto, en: “un breve tiempo, con el apoyo de la Alianza Nacional y un grupo de militares en actividad intentaron  sublevarse con resultados insignificantes. Se produjeron los actos de insurgencia en defensa de los derechos del pueblo. Por delación se frustró la conspiración y fueron apresados más de 200 apristas”[16]. En el año de 1935 el partido aprista fue declarado ilegal, el sustento de tal determinación fue en que en el Art. 53 de la Constitución del 1933, declaró fuera de la ley a los partidos políticos de carácter Internacional. En 1936 se ratificó la medida que proscribió al partido de Haya de la Torre impidiéndosele la participación en las elecciones generales. En 1937 en el norte de Lima fue asesinado uno de los mejores líderes Manuel Arévalo  Cáceres, al capturarlo lo aplicaron la Ley de la fuga disparándole un artero balazo por la espalda. “Estas dramáticas situaciones de los aprista hasta el años de 1945, fueron sometidos a una implacable persecución, denominada como la gran clandestinidad”[17]. Y que después prosiguieron durante el gobierno del Gral. Odría. De hecho estos acontecimientos formaron, forman y formarán parte de las memorias de los apristas. Cómo son recordados por sus militantes especialmente en Ayacucho.

 En consecuencia el Apra fue el primer partido moderno y de masas de nuestro país; adoptó una ideología propia que pretendía repensar el país desde una óptica marxista latinoamericana; se dotó de una organización, una mística y una disciplina férrea que le permitieron sobrevivir duras épocas de persecuciones y encarcelamientos, así como cambios drásticos en su línea político-doctrinaria; protagonizaron los momentos más importantes de la historia política peruana de las últimas ocho décadas.  Para los peruanos de todas las edades, el Apra es un referente importante de sus pasiones y certidumbres políticas: de hecho, resulta casi imposible permanecer indiferente a su presencia, a su legado histórico y a su conocido -aunque cambiante-  apego por los símbolos y rituales partidarios.     





[1] Entrevista Alicia Valdivia Guillén Ayacucho 25-07-2007
[2] Fue el seudónimo de don Nicolás de Piérola, en razón de su barba blanca, murió en el año 1913.
[3] Op. Cit., Murillo, p. 90
[4] En aquella época Haya de la Torre se encontraba en Berlín Alemania deportado desde 1929.
[5] Op. Cit., Murillo, p. 86
[6] En la actualidad este cuaderno de Acta que registra aquel episodio se conserva en el archivo del Partido Aprista Peruano en Av. Alfonso Ugarte Nº 1012  Lima –casa del pueblo- el cuaderno tiene las siguientes características: cuaderno escolar de pasta roja, y que según Murillo había sido adquirido al precio de 30 centavos en la librería “Herrera Méndez” en la esquina Juan Pablo y Trinidad, y que posteriormente estuvo en el poder del abogado trujillano Francisco Galarreta por un periodo de 30 años.           
[7] Véase el anexo Nº 01
[8] Op. Cit., Murillo, p. 359
[9] Basadre, Jorge “Historia de la República del Perú”  tomo XII, p. 128. 1970
[10] En los primeros meses de su gobierno Sánchez Cerro habló de una apertura democrática; pero después optó por la represión y el 3 de Febrero de 1 932 cerró la Universidad Popular González Prada. Véase Taylor, Lewis “Los Orígenes del Partido Aprista Peruano en Cajamarca”, p. 47. 2000.
[11] Op. Cit., Murillo, p. 215
[12]En homenaje a  los 75 años del episodio en Trujillo, el congresista por Apra Luis Negreiros Criado manifestaba. “Que dura es la tarea de volver a la revolución de Trujillo imponiendo la serenidad y objetividad que nos exigen los 75 años transcurridos  desde que  aquella luctuosa madrugada de 7 de Julio de 1932 (…)”. Véase La Tribuna 06 de Julio de 2007 p. 12.
[13] (…) A través de una resolución del Congreso Constituyente declararon duelo Nacional los días 1° 2° 3° de Mayo de 1933, por el sentido homenaje. Que debían rendir el pueblo peruano a la memoria de su Presidente que había caído víctima de la bala traidora de la secta internacional del Apra, nada menos en los precisos instantes que cumplía con su deber patriótico. Véase ARA La Prefectura.leg.08, cuaderno 18. Año 1933.
[14] Luna, Germán “Haya de la Torre y APRA”, p. 84. 1984
[15] Fotografía inédita de aquella época –pertenece a la señora Margarita viuda de Meléndez. Haya de la Torre  en Plaza de Toros en Lima 1933. Véase anexos,  p. 111
[16] Op. Cit., Murillo, p. 98
[17] Este periodo corresponde de 24 de Noviembre 1934 al 15 de Mayo de 1945, esto puede aplicarse aún a los pocos meses de tregua o de pacificación con que inició su gobierno el General Benavides, ya que se mantuvo una situación precaria y en rigor al Apra no le fueron reconocidos sus derechos a la cabalidad. En efecto, no fueron incorporados los 23 representantes apristas a la Constituyente, tampoco se derogó la Ley de Emergencia, además para los apristas no aplicaron la Ley de Amnistía sentenciados por la corte marcial. Ibídem, p.295. 

viernes, 2 de agosto de 2013

HAYA DE LA TORRE Y LAS UNIVERSIDADES POPULARES “GONZÁLEZ PRADA”

HAYA DE LA TORRE Y LAS UNIVERSIDADES POPULARES “GONZÁLEZ PRADA”

Don Augusto B. Leguía asumió el mando de Presidente de la República el 4 de Julio de 1919, se adelantaban a una maniobra que se trabajaba en el Parlamento Nacional para desconocer los resultados de las elecciones que le fueron favorables, de manera que, así inició el régimen del Oncenio de Leguía con el lema “Patria Nueva”. En el mismo año Haya de la Torre fue elegido Presidente de la Federación de Estudiantes del Perú, y como primera tarea fue impulsar y organizar el Primer Congreso de Estudiantes en Cuzco, con el fin de unificar el pensamiento de toda la juventud nacional no solo se enfocó a la reforma, sino que también en los diferentes problemas sociales que se avecinaban, se escogió como sede a Cuzco con el propósito de que los provincianos podía aspirar a ser centro de las inquietudes intelectuales. De manera que los temas tratados  en este Congreso fueron: “La autonomía universitaria; la cátedra libre; la representación estudiantil en el gobierno de la universidad; el derecho de la huelga universitaria; acercamiento de los estudiantes a los obreros; la creación de las universidades populares”[1]. Casualmente en este congreso se dio vida a la creación de las universidades populares González Prada. La inauguración de estas universidades populares fue el 22 de Enero de 1921, Haya de la Torre en su discurso inaugural como Rector de estos entes superiores, esbozó los lineamientos de la nueva pedagogía:
En el Perú los estudiantes que tenemos el privilegio de recibir educación secundaria y superior, constituimos una minoría comparada con la gran población juvenil y incapacitada por razones económicas (…) -Y al referirse al alumnado de universidad popular añadió con gran elocuencia- Un estudiante obrero no es un niño de escuela ni un muchacho del colegio, ni un mozo de la universidad. Tiene algo de los tres y mucho de sí mismo (…)[2].    
En consecuencia esta fue la esencia de una nueva pedagogía popular que llevó los vacíos y aunque trataron de superar las dificultades. No obstante que para semejante empresa requirió mucha tenacidad y sacrificio, cabe precisar que el grupo de profesores que lo acompañó a Haya de la Torre estuvo conformado por estudiantes de las distintas facultades de la Universidad de San Marcos, San Fernando y la Escuela de Ingenieros. Once días después de la fundación de la UPGP[3]. “En Lima  el 02 de Febrero de 1921, también se fundó la UPGP en Vitarte, población fabril por excelencia, las clases fueron limitadas a dos noches por semana. En estas universidades populares iniciaron una gran campaña antialcohólica y establecieron el primer botiquín  del hogar, solventado por mismos trabajadores”[4].
Las UPGP desde que inició a funcionar tuvo que esquivar muchos obstáculos, por que el gobierno de Leguía fue muy reticente con los labores desarrolladas por los estudiantes obreros. Ahora bien concerniente en el campo político, el presidente de la República había empezado a perseguir a sus opositores.  Frente a ello las UPGP probó la capacidad de resistencia frente a la crisis. Cuando Haya de la Torre viajó a los países como Uruguay, Argentina y Chile para celebrar lazos de amistad estudiantil latinoamericano. Posterior a ello fueron apresados algunos dirigentes sindicales, los obreros Adalberto Fonkén y Pedro Conde fueron torturados  y se les hizo un simulacro de fusilamiento a cambio de firmar una declaración incriminatoria contra Haya de la Torre, en el sentido de que él vendría hacer la revolución social a la vuelta de su viaje. Al respecto el Historiador Sánchez relata que:
Samuel Ríos fue llevado hasta alta mar en una lancha y ante su negativa de firmar una declaración que acusaba a Haya de la Torre de haber recibido dinero de Chile, vio en silencio como ataban  a su cuello una bala pesada, luego otra a sus pies,  sintió inerme que colocaban al borde de una lancha (…) La pesada bala lo arrastraba al fondo del mar. Una y otra vez se repitió la operación[5]
En el segundo mandato del presidente Leguía fue caracterizado por ser un gobierno de persecuciones, torturas a sus opositores, de aquellos estudiantes y dirigentes que no simpatizaban con su gobierno. No obstante, Haya de la Torre se había ganado el respeto y la confianza de los obreros que estudiaban en las universidades populares González Prada, por ello es que los diferente tretas organizados por los agentes del gobierno no tuvieron repercusiones contra el fundador del Apra. Así fueron las conciencias de los trabajadores formadas en las universidades populares González Prada.




[1] Haya de la Torre, Víctor Raúl “El Antiimperialismo y el APRA” p, 68. 1970 Tomo II.
[2] Op. Cit., Murillo, p. 40
[3] Las siglas de las Universidades Populares González Prada.
[4] Op. Cit., Murillo, p. 42
[5] Sánchez, Luis Alberto. “Haya de la Torre o Político”, p. 81. 1934

jueves, 1 de agosto de 2013

FUNDACIÓN DE LA ALIANZA POPULAR REVOLUCIONARIA AMERICANA.

FUNDACIÓN DE LA ALIANZA POPULAR REVOLUCIONARIA AMERICANA.

Víctor Raúl Haya de la Torre fue desterrado al país centroamericano de Panamá a mediados de 1923, la recepción que le hicieron los estudiantes de esta república fue fabuloso: “encabezado por Alberto Rodríguez otrora presidente de la federación de estudiantes panameños”[1].  Estando allí en poco tiempo, Haya de la Torre recibió una excelente noticia desde México precisamente de don José Vasconcelos –para que trabaje como su secretario personal- en aquella época este ilustre de la intelectualidad latinoamericana desempeñaba como Secretario de Educación –como Ministro de Educación en el país- del gobierno de Obregón. Este intelectual mexicano autor del célebre libro La Raza Cósmica en el que percibía con claridad el surgimiento de una nueva conciencia americana para ello había solicitado la cooperación de varios maestros indoamericanos[2], “en esta labor actuaba también  la famosa poetiza chilena Gabriela Mistral, cuya mediación fue decisiva para la incorporación de Haya de la Torre a este selecto grupo”[3].
Pero antes de llegar  Haya de la Torre hacia México se detuvo en Cuba por algunos días, entonces allí presidió la inauguración de la Universidad Popular José Martí,  este suceso se desarrolló el 3 de Noviembre de 1923, allí se vinculó con los más selectos de la intelectualidad de estudiantes de Habana, especialmente con Julio Antonio Mella, fue el presidente de federación de estudiantes de Cuba -y que años más tarde tuvieron serias diferencias de ideas-. “El mensaje de Haya de la Torre tuvo una acogida espectacular a tal punto que fue en Cuba  desde 1926 se llegó a formar una Sección Aprista y se editaron con gran esfuerzo la revista Aturi que junto con otras publicaciones sirvieron de eficaz medio de divulgación de las ideas apristas en Centroamérica”.
El día 16 de Noviembre del mismo año Haya de la Torre llegó a México, inmediatamente Vasconcelos lo adscribió a la Secretaría de Educación, encomendándole la tarea de impresión de clásicos de la literatura que alcanzó gran resonancia, en el mismo escenario de la primera revolución social del siglo XX, entonces en tal ocasión Haya de la Torre observó el desarrollo y extrajo importantísimo experiencia que le sirvió mas tarde. Sus observaciones se centraron, sobre todo, en el proceso de la reforma agraria que había recibido gran impulso por parte del gobierno de Obregón.                                                                              
A principios de Abril de 1924 tuvo la ocasión de presenciar los actos del homenaje a Emiliano Zapata. En este escenario percibió directamente la psicología de los célebres agraristas mexicanos, expresión singular de un pueblo acostumbrado en llevar los fusiles en el hombro, entonar a todo pulmón las letras de los corridos y los gritos de la revolución. En este México revolucionario, Víctor Raúl  encontró el escenario propicio para fundar el movimiento de agitación intelectual que había madurado en su mente.
El día “D” fue el 7 de Mayo de 1924 que con el transcurso del tiempo, para los apristas se convirtió una fecha de gran significado histórico. Su importancia es de tal naturaleza que es justo convenir en que aquel día empezó a organizar colectivamente la conciencia política del continente frente al problema central: la integración. Al respecto el ilustre peruano Sánchez (1955) en su libro Haya de la Torre y el Apra mencionó  que algunos mexicanos entre ellos el doctor José Ceniceros le alentaron a Haya de la Torre a promover algo más organizado. Sin embargo, “en un primer paso, y respondiendo a la cordialidad de los jóvenes mexicanos el Miércoles 7 de Mayo de 1924, en un solemne actuación Haya de la Torre entregó a la Federación de estudiantes de México, la bandera de una nueva cruzada. Es una enseña roja que luce en el centro, un circulo dorado, dentro del circulo dorado el mapa también dorado de indoamérica desde río grande hasta Patagonia. La seda roja de la bandera fue obsequiada por José Ángel Ceniceros, entonces estudiante, posteriormente  un notable político y abogado mexicano”[4].
El discurso que pronunció aquel día Haya de la Torre alcanzó los contornos de un auténtico mensaje a la Juventud  de América. En sus párrafos más importantes decía lo siguiente:
No solo queremos a nuestra América unida sino a nuestra América justa. Sabemos bien que nuestro destino como raza y como grupo social, no puede fraccionarse. Formamos un gran pueblo, significamos un gran problema, constituimos una vasta esperanza (…) Esta Bandera que os entrego, no presume originalidades recónditas (…)  la Juventud Indoamericana que tiene un alma fuerte, que entona un himno unánime, adivina en el escudo de vuestra casa universitaria, el intento simbólico de la enseñanza del futuro que saludaremos un día en todos los rincones de América. La tenéis aquí: el rojo dirá de las aspiraciones palpitantes de la justicia que en esta hora admirable del mundo inflama la conciencia de los pueblos, que nuestra generación proclama con la nueva humanidad, nos habla; también del amor convivido de la justicia. Sobre al ancho campo, señala las tierras vastas que unidas y fuertes brindarán hogar sin desigualdades a todos los hijos de la raza humana (…) Aceptadla porque es nuestra, flameará primero sobre las soñadoras muchedumbres de las juventudes que van abriendo el camino, y más tarde serán los pueblos, las ideales bellas y justas, los que le agiten en el tumulto estremecido de sus luchas[5].    
Aquí conviene resaltar los datos complementarios del diario El Universal de México[6] que en su edición del jueves 8 de mayo de 1924 se ocupó del acto en una amplia crónica cuyo título rezaba “fue entregado ayer la bandera hispanoamericana”. También señaló que ésta se desarrolló en el salón de los actos del Museo Nacional, con ocasión de la transmisión de poder de la Federación de Estudiantes de México. Haya de la Torre entregó la bandera al presidente saliente don Lelo de Larrea  quien dio las gracias con frases sencillas y brillantes.
Lo ocurrido el día 7 de Mayo de 1924 tiene más que nada un significado simbólico aun cuando prácticamente allí se dio el nacimiento de la Alianza Popular Revolucionario Americana.  Y los cinco puntos del programa máximo del nuevo movimiento serían dados a conocer por fundador del aprismo en el mes de Diciembre del mismo año en plena tarea de esclarecimiento ideológico. 1.- Acción contra el Imperialismo Yanqui 2.- Por la unidad de América Latina 3.- Por la nacionalización de tierras e industrias 4.- Por la internacionalización de canal de Panamá 5.- Por la solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas del mundo.
Estos enunciados del programa máximo del Apra sirvieron como base para una estructura de la doctrina aprista. El contenido de los cinco puntos fue explicado por el autor, en Noviembre de 1926 en un artículo publicado originalmente en inglés en el órgano del Partido Laborista Británico “The Labour Mounthly”  con el título ¿ What is the Apra?[7].
Quizás en aquellos años fue inevitable precisar los alcances de algunos de estos enunciados sin que varíen en su esencia fundamental. De manera que, el primer punto quedó en acción contra el imperialismo, ya que el vocablo Yanqui limitaba su eficacia porque en el mundo habían aparecido otros imperialismos como de Alemania de Hitler y el totalitarismo soviético en época de Stalin.
El tercer punto recibió el agregado de la palabra progresiva después de la nacionalización, por razones prácticas, pues una nacionalización violenta de tierras e industrias pudo conducir al colapso económico de un gobierno mejor intencionado. Y finalmente en el cuarto punto fue reemplazado del término internacionalización por interamericanización de canal de Panamá, era más afín con los propósitos de unidad continental.





[1] Op. Cit., Murillo, p. 51
[2] Indoamericano fue un término acuñado por los mexicanos en los años veinte del siglo XX.
[3] Op. Cit., Murillo, p. 52
[4] Sánchez, Luis Alberto “Haya de la Torre y el Apra, crónicas de un Hombre y un Partido” p. 150. 1955.
[5] Ibídem., p: 153.
[6] Archivo Central del Apra en Lima “Casa del Pueblo”  Hemeroteca. 8-05-1924,  p. 04
[7] Sobrevilla, David. “Las Ideas en el Perú Contemporáneo”, p.  224.  1980