FUNDACIÓN DE LA
ALIANZA POPULAR REVOLUCIONARIA AMERICANA.
Víctor Raúl
Haya de la Torre
fue desterrado al país centroamericano de Panamá a mediados de 1923, la
recepción que le hicieron los estudiantes de esta república fue fabuloso: “encabezado por Alberto Rodríguez otrora presidente
de la federación de estudiantes panameños”[1].
Estando allí en poco tiempo, Haya de la Torre recibió una excelente
noticia desde México precisamente de don José Vasconcelos –para que trabaje
como su secretario personal- en aquella época este ilustre de la intelectualidad
latinoamericana desempeñaba como Secretario de Educación –como Ministro de
Educación en el país- del gobierno de Obregón. Este intelectual mexicano autor
del célebre libro La Raza Cósmica en el que
percibía con claridad el surgimiento de una nueva conciencia americana para
ello había solicitado la cooperación de varios maestros indoamericanos[2], “en esta labor actuaba también la famosa poetiza chilena Gabriela Mistral,
cuya mediación fue decisiva para la incorporación de Haya de la Torre a este selecto grupo”[3].
Pero antes de
llegar Haya de la Torre hacia México se detuvo
en Cuba por algunos días, entonces allí presidió la inauguración de la Universidad Popular
José Martí, este suceso se desarrolló el
3 de Noviembre de 1923, allí se vinculó con los más selectos de la
intelectualidad de estudiantes de Habana, especialmente con Julio Antonio
Mella, fue el presidente de federación de estudiantes de Cuba -y que años más
tarde tuvieron serias diferencias de ideas-. “El mensaje de Haya de la
Torre tuvo una acogida espectacular a tal punto que fue en Cuba desde 1926 se llegó a formar una Sección Aprista
y se editaron con gran esfuerzo la revista Aturi que junto con otras
publicaciones sirvieron de eficaz medio de divulgación de las ideas apristas en
Centroamérica”.
El día 16 de
Noviembre del mismo año Haya de la
Torre llegó a México, inmediatamente Vasconcelos lo adscribió
a la Secretaría
de Educación, encomendándole la tarea de impresión de clásicos de la literatura
que alcanzó gran resonancia, en el mismo escenario de la primera revolución
social del siglo XX, entonces en tal ocasión Haya de la Torre observó el desarrollo
y extrajo importantísimo experiencia que le sirvió mas tarde. Sus observaciones
se centraron, sobre todo, en el proceso de la reforma agraria que había
recibido gran impulso por parte del gobierno de Obregón.
A principios de
Abril de 1924 tuvo la ocasión de presenciar los actos del homenaje a Emiliano
Zapata. En este escenario percibió directamente la psicología de los célebres
agraristas mexicanos, expresión singular de un pueblo acostumbrado en llevar los
fusiles en el hombro, entonar a todo pulmón las letras de los corridos y los
gritos de la revolución. En este México revolucionario, Víctor Raúl encontró el escenario propicio para fundar el
movimiento de agitación intelectual que había madurado en su mente.
El día “D” fue el
7 de Mayo de 1924 que con el transcurso del tiempo, para los apristas se
convirtió una fecha de gran significado histórico. Su importancia es de tal
naturaleza que es justo convenir en que aquel día empezó a organizar
colectivamente la conciencia política del continente frente al problema
central: la integración. Al respecto el ilustre peruano Sánchez (1955) en su libro Haya
de la Torre y
el Apra mencionó que algunos
mexicanos entre ellos el doctor José Ceniceros le alentaron a Haya de la Torre a promover algo más
organizado. Sin embargo, “en un primer
paso, y respondiendo a la cordialidad de los jóvenes mexicanos el Miércoles 7
de Mayo de 1924, en un solemne actuación Haya de la Torre entregó a la Federación de
estudiantes de México, la bandera de una nueva cruzada. Es una enseña roja que
luce en el centro, un circulo dorado, dentro del circulo dorado el mapa también
dorado de indoamérica desde río grande hasta Patagonia. La seda roja de la
bandera fue obsequiada por José Ángel Ceniceros, entonces estudiante,
posteriormente un notable político y
abogado mexicano”[4].
El discurso que
pronunció aquel día Haya de la
Torre alcanzó los contornos de un auténtico mensaje a la Juventud de América. En sus párrafos más importantes
decía lo siguiente:
No solo
queremos a nuestra América unida sino a nuestra América justa. Sabemos bien que
nuestro destino como raza y como grupo social, no puede fraccionarse. Formamos
un gran pueblo, significamos un gran problema, constituimos una vasta esperanza
(…) Esta Bandera que os entrego, no presume originalidades recónditas (…) la Juventud Indoamericana
que tiene un alma fuerte, que entona un himno unánime, adivina en el escudo de
vuestra casa universitaria, el intento simbólico de la enseñanza del futuro que
saludaremos un día en todos los rincones de América. La tenéis aquí: el rojo
dirá de las aspiraciones palpitantes de la justicia que en esta hora admirable
del mundo inflama la conciencia de los pueblos, que nuestra generación proclama
con la nueva humanidad, nos habla; también del amor convivido de la justicia.
Sobre al ancho campo, señala las tierras vastas que unidas y fuertes brindarán
hogar sin desigualdades a todos los hijos de la raza humana (…) Aceptadla
porque es nuestra, flameará primero sobre las soñadoras muchedumbres de las
juventudes que van abriendo el camino, y más tarde serán los pueblos, las
ideales bellas y justas, los que le agiten en el tumulto estremecido de sus
luchas[5].
Aquí conviene
resaltar los datos complementarios del diario El Universal de México[6] que en
su edición del jueves 8 de mayo de 1924 se ocupó del acto en una amplia crónica
cuyo título rezaba “fue entregado ayer la
bandera hispanoamericana”. También señaló que ésta se desarrolló en el
salón de los actos del Museo Nacional, con ocasión de la transmisión de poder
de la Federación
de Estudiantes de México. Haya de la
Torre entregó la bandera al presidente saliente don Lelo de
Larrea quien dio las gracias con frases
sencillas y brillantes.
Lo ocurrido el día
7 de Mayo de 1924 tiene más que nada un significado simbólico aun cuando
prácticamente allí se dio el nacimiento de la Alianza Popular Revolucionario
Americana. Y los cinco puntos del
programa máximo del nuevo movimiento serían dados a conocer por fundador del
aprismo en el mes de Diciembre del mismo año en plena tarea de esclarecimiento
ideológico. 1.- Acción contra el Imperialismo Yanqui 2.- Por la unidad de
América Latina 3.- Por la nacionalización de tierras e industrias 4.- Por la
internacionalización de canal de Panamá 5.- Por la solidaridad con todos los
pueblos y clases oprimidas del mundo.
Estos enunciados del programa
máximo del Apra sirvieron como base para una estructura de la doctrina aprista.
El contenido de los cinco puntos fue
explicado por el autor, en Noviembre de 1926 en un artículo publicado
originalmente en inglés en el órgano del Partido Laborista Británico “The
Labour Mounthly” con el título ¿ What is
the Apra?[7].
Quizás en
aquellos años fue inevitable precisar los alcances de algunos de estos enunciados
sin que varíen en su esencia fundamental. De manera que, el primer punto quedó
en acción contra el imperialismo, ya que el vocablo Yanqui limitaba su eficacia
porque en el mundo habían aparecido otros imperialismos como de Alemania de
Hitler y el totalitarismo soviético en época de Stalin.
El tercer punto
recibió el agregado de la palabra progresiva después de la nacionalización, por
razones prácticas, pues una nacionalización violenta de tierras e industrias pudo
conducir al colapso económico de un gobierno mejor intencionado. Y finalmente
en el cuarto punto fue reemplazado del término internacionalización por
interamericanización de canal de Panamá, era más afín con los propósitos de
unidad continental.
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