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jueves, 1 de agosto de 2013

FUNDACIÓN DE LA ALIANZA POPULAR REVOLUCIONARIA AMERICANA.

FUNDACIÓN DE LA ALIANZA POPULAR REVOLUCIONARIA AMERICANA.

Víctor Raúl Haya de la Torre fue desterrado al país centroamericano de Panamá a mediados de 1923, la recepción que le hicieron los estudiantes de esta república fue fabuloso: “encabezado por Alberto Rodríguez otrora presidente de la federación de estudiantes panameños”[1].  Estando allí en poco tiempo, Haya de la Torre recibió una excelente noticia desde México precisamente de don José Vasconcelos –para que trabaje como su secretario personal- en aquella época este ilustre de la intelectualidad latinoamericana desempeñaba como Secretario de Educación –como Ministro de Educación en el país- del gobierno de Obregón. Este intelectual mexicano autor del célebre libro La Raza Cósmica en el que percibía con claridad el surgimiento de una nueva conciencia americana para ello había solicitado la cooperación de varios maestros indoamericanos[2], “en esta labor actuaba también  la famosa poetiza chilena Gabriela Mistral, cuya mediación fue decisiva para la incorporación de Haya de la Torre a este selecto grupo”[3].
Pero antes de llegar  Haya de la Torre hacia México se detuvo en Cuba por algunos días, entonces allí presidió la inauguración de la Universidad Popular José Martí,  este suceso se desarrolló el 3 de Noviembre de 1923, allí se vinculó con los más selectos de la intelectualidad de estudiantes de Habana, especialmente con Julio Antonio Mella, fue el presidente de federación de estudiantes de Cuba -y que años más tarde tuvieron serias diferencias de ideas-. “El mensaje de Haya de la Torre tuvo una acogida espectacular a tal punto que fue en Cuba  desde 1926 se llegó a formar una Sección Aprista y se editaron con gran esfuerzo la revista Aturi que junto con otras publicaciones sirvieron de eficaz medio de divulgación de las ideas apristas en Centroamérica”.
El día 16 de Noviembre del mismo año Haya de la Torre llegó a México, inmediatamente Vasconcelos lo adscribió a la Secretaría de Educación, encomendándole la tarea de impresión de clásicos de la literatura que alcanzó gran resonancia, en el mismo escenario de la primera revolución social del siglo XX, entonces en tal ocasión Haya de la Torre observó el desarrollo y extrajo importantísimo experiencia que le sirvió mas tarde. Sus observaciones se centraron, sobre todo, en el proceso de la reforma agraria que había recibido gran impulso por parte del gobierno de Obregón.                                                                              
A principios de Abril de 1924 tuvo la ocasión de presenciar los actos del homenaje a Emiliano Zapata. En este escenario percibió directamente la psicología de los célebres agraristas mexicanos, expresión singular de un pueblo acostumbrado en llevar los fusiles en el hombro, entonar a todo pulmón las letras de los corridos y los gritos de la revolución. En este México revolucionario, Víctor Raúl  encontró el escenario propicio para fundar el movimiento de agitación intelectual que había madurado en su mente.
El día “D” fue el 7 de Mayo de 1924 que con el transcurso del tiempo, para los apristas se convirtió una fecha de gran significado histórico. Su importancia es de tal naturaleza que es justo convenir en que aquel día empezó a organizar colectivamente la conciencia política del continente frente al problema central: la integración. Al respecto el ilustre peruano Sánchez (1955) en su libro Haya de la Torre y el Apra mencionó  que algunos mexicanos entre ellos el doctor José Ceniceros le alentaron a Haya de la Torre a promover algo más organizado. Sin embargo, “en un primer paso, y respondiendo a la cordialidad de los jóvenes mexicanos el Miércoles 7 de Mayo de 1924, en un solemne actuación Haya de la Torre entregó a la Federación de estudiantes de México, la bandera de una nueva cruzada. Es una enseña roja que luce en el centro, un circulo dorado, dentro del circulo dorado el mapa también dorado de indoamérica desde río grande hasta Patagonia. La seda roja de la bandera fue obsequiada por José Ángel Ceniceros, entonces estudiante, posteriormente  un notable político y abogado mexicano”[4].
El discurso que pronunció aquel día Haya de la Torre alcanzó los contornos de un auténtico mensaje a la Juventud  de América. En sus párrafos más importantes decía lo siguiente:
No solo queremos a nuestra América unida sino a nuestra América justa. Sabemos bien que nuestro destino como raza y como grupo social, no puede fraccionarse. Formamos un gran pueblo, significamos un gran problema, constituimos una vasta esperanza (…) Esta Bandera que os entrego, no presume originalidades recónditas (…)  la Juventud Indoamericana que tiene un alma fuerte, que entona un himno unánime, adivina en el escudo de vuestra casa universitaria, el intento simbólico de la enseñanza del futuro que saludaremos un día en todos los rincones de América. La tenéis aquí: el rojo dirá de las aspiraciones palpitantes de la justicia que en esta hora admirable del mundo inflama la conciencia de los pueblos, que nuestra generación proclama con la nueva humanidad, nos habla; también del amor convivido de la justicia. Sobre al ancho campo, señala las tierras vastas que unidas y fuertes brindarán hogar sin desigualdades a todos los hijos de la raza humana (…) Aceptadla porque es nuestra, flameará primero sobre las soñadoras muchedumbres de las juventudes que van abriendo el camino, y más tarde serán los pueblos, las ideales bellas y justas, los que le agiten en el tumulto estremecido de sus luchas[5].    
Aquí conviene resaltar los datos complementarios del diario El Universal de México[6] que en su edición del jueves 8 de mayo de 1924 se ocupó del acto en una amplia crónica cuyo título rezaba “fue entregado ayer la bandera hispanoamericana”. También señaló que ésta se desarrolló en el salón de los actos del Museo Nacional, con ocasión de la transmisión de poder de la Federación de Estudiantes de México. Haya de la Torre entregó la bandera al presidente saliente don Lelo de Larrea  quien dio las gracias con frases sencillas y brillantes.
Lo ocurrido el día 7 de Mayo de 1924 tiene más que nada un significado simbólico aun cuando prácticamente allí se dio el nacimiento de la Alianza Popular Revolucionario Americana.  Y los cinco puntos del programa máximo del nuevo movimiento serían dados a conocer por fundador del aprismo en el mes de Diciembre del mismo año en plena tarea de esclarecimiento ideológico. 1.- Acción contra el Imperialismo Yanqui 2.- Por la unidad de América Latina 3.- Por la nacionalización de tierras e industrias 4.- Por la internacionalización de canal de Panamá 5.- Por la solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas del mundo.
Estos enunciados del programa máximo del Apra sirvieron como base para una estructura de la doctrina aprista. El contenido de los cinco puntos fue explicado por el autor, en Noviembre de 1926 en un artículo publicado originalmente en inglés en el órgano del Partido Laborista Británico “The Labour Mounthly”  con el título ¿ What is the Apra?[7].
Quizás en aquellos años fue inevitable precisar los alcances de algunos de estos enunciados sin que varíen en su esencia fundamental. De manera que, el primer punto quedó en acción contra el imperialismo, ya que el vocablo Yanqui limitaba su eficacia porque en el mundo habían aparecido otros imperialismos como de Alemania de Hitler y el totalitarismo soviético en época de Stalin.
El tercer punto recibió el agregado de la palabra progresiva después de la nacionalización, por razones prácticas, pues una nacionalización violenta de tierras e industrias pudo conducir al colapso económico de un gobierno mejor intencionado. Y finalmente en el cuarto punto fue reemplazado del término internacionalización por interamericanización de canal de Panamá, era más afín con los propósitos de unidad continental.





[1] Op. Cit., Murillo, p. 51
[2] Indoamericano fue un término acuñado por los mexicanos en los años veinte del siglo XX.
[3] Op. Cit., Murillo, p. 52
[4] Sánchez, Luis Alberto “Haya de la Torre y el Apra, crónicas de un Hombre y un Partido” p. 150. 1955.
[5] Ibídem., p: 153.
[6] Archivo Central del Apra en Lima “Casa del Pueblo”  Hemeroteca. 8-05-1924,  p. 04
[7] Sobrevilla, David. “Las Ideas en el Perú Contemporáneo”, p.  224.  1980

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